Futuro es un segundo a partir de ahora
Argentina
Un día, mi hermano me contó sobre un chico nuevo que apareció en una entrevista para ser mozo. Me dijo que era extraño, que era nikkei y no sabía ni lo que era el sushi, ni el yakimeshi, que no había terminado la secundaria, y que a veces se ponía a bailar solo con la música del local. Ni dudé en pedirle el número. Mi hermano al principio no quería, por lo que estuve insistiéndole tres días seguidos como si no hubiera un mañana, y hasta lo soborné.
Una nueva amistad, noches tristes, tardes de luna compartidas y canciones nuestras. Esas que conocemos sólo nosotrxs y nadie más. En un idioma que no se entiende. De seres que no son humanos, ni nada parecido. Que tienen voces sintetizadas y emociones de holograma, esas que son como de mentira y te dejan un sabor metálico en la boca. Con olor a juguete nuevo, que nos desarticula y nos hace sentir como raros, como vivos. Como iguales. Y todo lo que hicimos es la evidencia de eso.
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Ejercicio sobre el amor #1
Quiero volver a creer en el amor.
En la idea del amor.
La idea del amor que alguna vez tuve.
El amor platónico, el primer amor, el amor a primera vista.
Me había olvidado cómo se sentía.
Me había olvidado. De cómo duele. Del miedo. De la euforia. Quiero saber esa intimidad. Esa cercanía. El punto ciego.
Lo quiero más que a mi deseo. A mis ganas. De tenerlo todo. Simplemente para enamorarme una vez más. Volver a sentirlo.
Un amor monógamo. Fresco. Joven.
De ahora.
Sin pasado ni futuro.
Sin nada que pensar. Y todo que perder.
Un amor dulce. Especial.
Ni siquiera se trata de sexo. O sensualidad. O calentura.
Un amor que me pida que me ame a mi primera.
Que lo que más le guste sea lo peor de mi.
Que me pida adoración. Obsesión. Soñar despierta.
Que le guste en mi perversión. Mi imperfección. Mi punto débil. Que si rompiésemos los dos metros de distancia, no pueda parar. De querer y no poder agarrarte, mirarte a los ojos, contarte al oído. De que sea una provocación constante.
No entiendo bien qué pasa, hace mucho que no sentía esto.
Pero, o pasa de una, o no pasa para nada.
Y no quiero que se me pase, que me olvide. Que me canse.
Y tener que volver a acordarme. Otra vez. Del amor.
Y todo para decirte que me gustas.